Ayer cuando circulaba con el coche por el Paseo de la Castellana, me sorprendió un joven que hacía malabarares con tres mazas subido a una jirafa (monociclo de altura). Al pasar a su altura percibí el contraluz de atardecer que producía. Tenía tiempo y sitio para aparcar y me acerqué a buscar la foto que había visto al pasar. Le quedaba poco tiempo para acabar su función. Pero creo que salve una foto. Una de esas fotos en las que la mirada va a un punto concreto dentro de la foto, y de hay recorre el resto. No me gusta comentar las fotos que hago. Simplemente mostrarlas. Pero en este caso, la fuerza que tiene la maza en el único hueco de cielo, me agrada.
He desenfocado un poco los coches que están a primer plano.
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